Llegó hace tres años para conjugar el trabajo bien hecho con la ilusión, las ganas de trabajar, la iniciativa y la mejor versión del compañerismo militar. Ha desplegado toda su profesionalidad para liderar al grupo de militares y civiles de la USBA, y conseguir un equipo de trabajo eficiente y perfectamente cohesionado. Pero por encima de su eficacia como jefe sobresale su capacidad para generar motivación, confianza e ilusión, gracias a su cercania y a su capacidad para empatizar con los sentimientos de las personas que forman su equipo.
Me cuentan que trabajar a sus órdenes es un lujo. Así lo han percibido en el trabajo diario de cuartel y así lo han constatado en las duras jornadas de la Operación Balmis,en las que todos los componentes de la USBA han puesto su esfuerzo y han dejado el corazón. Cada día, en cada misión, su jefe ha sido el primero en llegar desde Segovia y el último en irse. Y todo ello con un gesto amable y poniendo siempre en valor el magnífico trabajo y la total dedicación de su gente.
Ahora toca marcharse porque las normas no entienden de sentimientos y lo hace dejando entre sus compañeros la huella de un verdadero líder, una marea azul de amigos y el convencimiento de que una parte de él se quedará aquí en Valladolid, entre la gente que hemos tenido el placer de conocerle.
Mi Teniente Coronel esperamos que su próximo destino en Madrid cumpla sus mejores expectativas, y quedamos a sus órdenes.