Según el Artículo 8 de la constitución las Fuerzas Armadas, constituidas por  el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional.

 

El mando supremo corresponde al rey de España, Juan Carlos I, según el artículo 62 de la Constitución.

 

Las Fuerzas Armadas son miembros activos de la OTAN, del Eurocuerpo y de los Grupos de combate de la Unión Europea.

 

España en estos momentos tiene varias misiones activas en el extranjero: en el Líbano con 1.070 efectivos, en Bosnia y Herzegovina con 250 efectivos y en Afganistán con 1290 efectivos. En diciembre de 2006, el Gobierno de España acordó mantener en 7.000 el número máximo de soldados desplegados.

Las Fuerzas Armadas Españolas contaban a comienzos de 2010 con un número aproximado de 215.000 militares en activo (47.500 militares de carrera, 1.500 de complemento y en torno a 126.000 soldados de tropa y marinería), así como 5.000 reservistas voluntarios.

 

ESTRUCTURA DE MANDO

El mando supremo de las Fuerzas Armadas lo ostenta el Rey de España como Capitán General, si bien el mando operativo recae el Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) que dirige el Estado Mayor de la Defensa, y que ostenta empleo de General de Ejército, General del Aire o Almirante General, dependiendo del ejército al que pertenezca. El resto de la cúpula militar está formada por Jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME), Jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire (JEMA) y el Jefe del Estado Mayor de la Armada (AJEMA), que dirigen, a su vez, cada una de las armas del Ejército español. El nombramiento de todos ellos lo hace el Presidente del Gobierno a propuesta del Ministro de Defensa, que actualmente (2017) es  María Dolores de Cospedal (PP) . Los tres ejércitos dependen del Ministerio de Defensa.

LEY ORGÁNICA 9/2011 DE 27 DE JULIO DE DERECHOS Y DEBERES DE LOS MIEMBROS DE LAS FUERZAS ARMADAS

Con esta ley se completa el estatuto de los miembros de las Fuerzas Armadas, sustentado en el adecuado equilibrio entre el ejercicio de derechos y la asunción de deberes, para hacer posible el cumplimiento de las misiones de las Fuerzas Armadas y la aplicación del principio de eficacia predicable de toda Administración Pública, al que se refiere el artículo 103.1 de la Constitución, de especial consideración en el caso del militar que es depositario de la fuerza y debe estar capacitado y preparado para, a las órdenes del Gobierno, usarla adecuadamente.

 

   En el título IV se establece el régimen de derechos fundamentales y libertades públicas de los reservistas, ciudadanos que dadas sus peculiaridades específicas necesitan tratamiento diferenciado ya que sólo tendrán condición militar cuando se encuentren activados y, en consecuencia, incorporados a las Fuerzas Armadas.

   Su lectura puedes hacerla a través del siguiente enlace

 https://www.boe.es/boe/dias/2011/07/28/pdfs/BOE-A-2011-12961.pdf

 

Contacto

El macuto del reservista voluntario

mmpordomingo@hotmail.com

Valladolid
Valladolid

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Este ejército que ves
vago al yelo y al calor,
la república mejor
y más política es
del mundo, en que nadie espere
que ser preferido pueda
por la nobleza que hereda,
sino por la que él adquiere;
porque aquí a la sangre excede
el lugar que uno se hace
y sin mirar cómo nace
se mira como procede.

Aquí la necesidad
no es infamia; y si es honrado,
pobre y desnudo un soldado
tiene mejor cualidad
que el más galán y lucido;
porque aquí a lo que sospecho
no adorna el vestido el pecho
que el pecho adorna al vestido.

Y así, de modestia llenos,
a los más viejos verás
tratando de ser lo más
y de aparentar lo menos.

Aquí la más principal
hazaña es obedecer,
y el modo cómo ha de ser
es ni pedir ni rehusar.

Aquí, en fin, la cortesía,
el buen trato, la verdad,
la firmeza, la lealtad,
el honor, la bizarría,
el crédito, la opinión,
la constancia, la paciencia,
la humildad y la obediencia,
fama, honor y vida son
caudal de pobres soldados;

que en buena o mala fortuna
la milicia no es más que una
religión de hombres honrados.

 

Calderón de la Barca

 

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